El pasado viernes 17 de marzo, la Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT) acogió la jornada de clausura del proyecto “MEISI: cambios en la salud y en la atención de los inmigrantes y poblaciones vulnerables en un contexto de crisis. Análisis de múltiples fuentes de información”, coordinado por el Centre de Estudios Epidemiológicos sobre las ITS y sida de Cataluña (CEEISCAT) junto al Consorcio de Salud y Social de Cataluña (CSC) y la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). El proyecto se ha llevado a cabo entre 2013 y 2016 en el marco del Subprograma de inmigración y salud del CIBERESP, con la financiación del Fondo de Investigaciones en Salud del Instituto Carlos III y del Fondo Europeo de Desarrollos Regional (FEDER).
A raíz de la crisis de 2008 fueron adoptadas distintas medidas políticas de austeridad que han afectado a la salud y a sus determinantes sociales, entre otros el incremento de la tasa de paro, de las poblaciones más vulnerables. En este contexto se ha desarrollado el proyecto MEISI, formado por tres subproyectos (MEISI I, II y III), para poder obtener información del estado de salud de los inmigrantes en este contexto social y económico.
El subproyecto MEISI I, liderado por M.L. Vázquez (Consorcio de Salud y Social de Catalunya), ha analizado la influencia de la crisis económica en el acceso y la calidad de la atención sanitaria de la población inmigrante en España. De sus resultados se extrae que posteriormente a la crisis económica y después de la introducción del Real Decreto Ley 16/2012 se detecta un aumento de las barreras en el acceso y un empeoramiento percibido de la calidad de la atención en la población inmigrante. Por otro lado, el MEISI II, liderado por J. Casabona (CEEISCAT-ASPCAT), ha tenido como objetivo describir la evolución de los determinantes de salud en una cohorte de familias inmigradas residentes en Badalona y Santa Coloma de Gramenet. De sus resultados se extrae que los inmigrantes son una población heterogénea, en términos de sus características socio-demográficas y epidemiológicas, y que los determinantes sociales de la salud tienen un impacto en la disminución de las desigualdades que afectan a esta población. Para finalizar, el MEISI III, liderado por J.P. Millet (ASPC), ha analizado la evolución de la tuberculosis, las hepatitis víricas y la tos ferina antes y después de la crisis económica y ha determinado los factores asociados al cambio de la incidencia en autóctonos e inmigrantes. A raíz del estudio se ha observado un descenso global de la tuberculosis y las hepatitis víricas y un aumento de la tos ferina en ambas poblaciones.
Globalmente, se puede concluir que para entender la vulnerabilidad de los inmigrantes es necesario tener en cuenta que en ellos se produce una intersección de diversos ejes de desigualdad, como son la clase social, el género y la accesibilidad a los servicios sanitarios de calidad.
En la jornada de clausura del proyecto MEISI se analizó la situación actual de la inmigración en Cataluña describiendo los principales resultados de los tres sub-proyectos. Asimismo, finalizó con una mesa debate en la que expertos de distintos ámbitos, J. Gómez (Unitat de Medicina Tropical Salut Internacional Drassanes, Vall d’Hebrón), B. Gispert (CAP Trinitat Vella), J.E. Ospina (ASPB), F. Collazos (Hospital Universitari Vall d’Hebrón) y M.L. Vázquez (CSC), expusieron sus visiones frente tres cuestiones de interés:
Respecto a la primera pregunta planteada se destacó la necesidad de tener más información sobre la población inmigrante a la que atienden y a las nuevas necesidades a las que se enfrenta, como su envejecimiento. Asimismo, conocer el marco administrativo y legal en el que se enmarca la atención de los inmigrantes es clave para realizar una buena atención. Los profesionales, en todos los niveles, deben qe conocer qué estrategias de actuación tienen a su disposición. Se tendría que consensuar la definición de agente comunitario e incorporar la figura de manera estable dentro el sistema sanitario.
La falta de información relacionada con patologías infecciosas o agudas y otras patologías más prevalentes (crónicas, cardiovasculares y de salud mental) y otras dimensiones de la salud (el cribado, la salud sexual y reproductiva, la violencia de género y las conductas de riesgo) dificultan poder ofrecer una atención de calidad a la población inmigrante, así como la labor del profesional. Aunque la actitud del profesional es clave, se identifica aún la necesidad de recibir formación orientada a atender la multiculturalidad superando la perspectiva biomédica.
Sobre las áreas de investigación futura existen diversos intereses en función del ámbito profesional de cada ponente. Se comentó la importancia de seguir estudiando los cambios demográficos y las desigualdades y el impacto de las políticas en salud. Monitorizar la salud y sus determinantes sociales y contextuales distinguiendo entre países de origen. Asimismo, comparar estudios sobre la salud mental según el país de destino de los inmigrantes para ver el impacto de las diferentes políticas, lengua y cultura de las sociedad de acogida sobre la salud. Otro aspecto que se comentó, fue la incorporación en la investigación de las nuevas realidades sociales, como estudiar las particularidades de la salud de los refugiados y realizar estudios de coste-efectividad. Es importante diseñar estudios diferenciando población inmigrante y autóctona y por géneros. Entender las diversas formas de expresión de la enfermedad y cómo enfermamos ayudará a actuar frente las dificultades en la adaptación de los inmigrantes. Del mismo modo, es relevante estudiar la percepción de los autóctonos frente la llegada de los inmigrantes.
Incorporar la perspectiva psicosocial, la investigación longitudinal, las metodologías cuantitativa y cualitativa y acercar la investigación a las intervenciones y viceversa, son otras necesidades detectadas.
Respecto a la mejora de la traslación de conocimientos, en la mesa se incidió en la importancia de la participación comunitaria real en todos los procesos y de manera concreta. Por este motivo, es necesario asegurar espacios de participación y potenciar el trabajo en red, multidisciplinario e independiente. Todos los agentes implicados en la toma de decisiones en salud pública tendrían que participar en la investigación y compartir los resultados con los grupos de interés y la sociedad civil.
Es necesario considerar como pilar de todo lo que se comentó, la importancia de la estabilidad de las medidas, independientemente de los cambios de gobierno.