La VII Jornada sobre Vigilancia de la Salud Pública, organizada por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), se celebró ayer 29 de mayo en la Escuela Nacional de Sanidad (ENS) del ISCIII. La jornada ha estado especialmente centrada en el abordaje de la salud mental y la prevención del suicidio, tema que ha tratado Isabel Noguer, de la ENS, que ha ofrecido una charla sobre las patologías mentales como prioridad en la vigilancia de la salud pública. Antonio Sarriá, director de la ENS, y Marina Pollán, directora del CIBERESP - ambos del ISCIII- han inaugurado la jornada junto a Fernando Simón, de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y Juan Martínez, director general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. Pere Godoy, presidente de la SEE y coordinador del Programa sobre Prevención, Vigilancia y Control de Enfermedades Transmisibles (PREVICET) del CIBERESP, ha moderado la presentación de la jornada.
En su charla, Noguer ha destacado el papel crucial que tienen las condiciones familiares, medioambientales, sociales, económicas, de empleo y las experiencias traumáticas en la aparición, duración y en la gravedad de las enfermedades mentales: “Abordar con decisión los determinantes sociales y las condiciones de vida de las personas es fundamental para frenar la carga de enfermedad mental”. Al respecto, la SEE se muestra especialmente preocupada por la influencia de estas patologías y destacan que el envejecimiento, la soledad no deseada, la debilidad familiar, los movimientos migratorios, la pobreza infantil, la violencia y el uso masivo de las nuevas tecnologías pueden influir en las conductas y condicionar o exacerbar una patología mental.
Las enfermedades mentales pueden aparecer de forma esporádica o avanzar hacia formas crónicas. Más de dos tercios de los casos comienzan y se presentan antes de los 20 años, y el 50% alrededor de los 15, acompañadas de una importante carga de discapacidad y dependencia. Estas patologías generan la mayor carga de discapacidad en adultos jóvenes y la segunda en niños, señaló Noguer: “Generan discapacidad, aislamiento y discriminación porque afectan a la capacidad para relacionarse y llevar a cabo las funciones básicas del día a día. Para una persona con patología mental la capacidad para cuidarse y realizar opciones de vida saludables es limitada, por lo que enferman a edades más jóvenes y mueren muchos años antes que el resto de la población por enfermedades comunes y evitables”.
Una buena parte de las personas con trastornos mentales no acuden a los servicios sanitarios y otra proporción importante no recibe el tratamiento adecuado. La experta de la ENS recordó que el suicidio es una de las principales consecuencias de la enfermedad mental y de los factores de riesgo que la producen, y añadió: “Ha habido numerosos éxitos en la reducción de la mortalidad de adultos jóvenes en accidentes de tráfico, en VIH y en enfermedades cardiovasculares, pero las muertes por suicidio permanecen sin cambios desde 1975. Es hora de actuar”.
Noguer también apuntó que hay “medidas eficaces para prevenir buena parte de las enfermedades mentales y otras muchas para tratarla”. En su opinión, “hay información suficiente para actuar, pero se necesita voluntad política, recursos y liderazgo a nivel nacional. Es preciso y urgente adaptar los servicios de salud a una atención integral”. Para concluir su intervención, pidió un plan nacional multisectorial y nuevas estrategias de vigilancia de las enfermedades mentales que pongan especial hincapié “en el suicidio, trastornos que afectan a niños y adolescentes, depresión, abuso de sustancias y problemas psicogeriátricos”.
En las jornadas también participaron María de los Santos Ichaso, de la Subdirección de Información Sanitaria en la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad; Carmen Alberich, del Servicio de Estudios Epidemiológicos y Estadísticas Sanitarias de la Dirección General de Salud Púbica de la Comunidad Valenciana; María José Sierra, del Grupo de Trabajo de Vigilancia en Salud Pública de la SEE; Miguel Ángel González Torres, del Comité Científico de la Estrategia Nacional de Salud Mental, y Enrique Baca, del Servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.