La introducción de la vacuna de la hepatitis B en preadolescentes ha significado una reducción de la tasa de incidencia de la enfermedad de un 52 %, según un estudio con participación de la Universidad de Barcelona (UB) y del CIBERESP que ha analizado la eficacia y el impacto del programa de vacunación sistemática en preadolescentes establecido en Cataluña hace veintiún años. Los resultados muestran que tras introducir el programa la tasa de incidencia en la población general pasó de 2,5 por cada 100.000 personas en 1991 a 1,2 por cada 100.000 personas en 2014.
En el estudio, publicado en la revista científica Vaccine, han participado expertos del Grupo de Investigación en Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles de la UB, de la Agencia de Salud Pública de Cataluña y de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, liderados por la catedrática Àngela Domínguez, del Departamento de Medicina de la UB y subdirectora del CIBERESP.
La hepatitis B es una enfermedad viral de importancia mundial debido a su morbilidad, mortalidad y alta cronicidad en los niños. La cronicidad aumenta el riesgo de cirrosis y de carcinoma hepatocelular, y, además, los pacientes con infección crónica son transmisores permanentes del virus. En 1991 se introdujo en Cataluña la vacunación sistemática contra la hepatitis B en preadolescentes. “Hasta ese momento se vacunaba a los grupos de riesgo, como por ejemplo trabajadores sanitarios o pacientes hemofílicos y de hemodiálisis. Sin embargo, este tipo de vacunación no era suficiente para lograr una reducción marcada en la incidencia”, explican los investigadores en el trabajo.
Un programa eficaz
Los investigadores han estudiado retrospectivamente cohortes vacunadas y no vacunadas, seleccionadas según el año de nacimiento, así como los casos de hepatitis B entre 2000 y 2014 registrados por la Subdirección General de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de Salud Pública de la Agencia de Salud Pública de Cataluña. Durante dicho periodo se notificaron 388 casos de infección por hepatitis B, 232 en la cohorte no vacunada y 156 en la cohorte vacunada.
La tasa de incidencia fue de 4,1 por 100.000 personas al año en la cohorte no vacunada y de 0,03 por 100.000 personas al año en la cohorte vacunada. Por tanto, la eficacia del programa fue del 99,30 % y el beneficio atribuido al estimar la fracción prevenida fue del 64,56 %. Según los investigadores, estos resultados demuestran que «la eficacia y el impacto del programa de vacunación frente a la hepatitis B en preadolescentes han sido elevados, con el consiguiente beneficio para la comunidad».
La vacunación de preadolescentes se suspendió en julio de 2014, cuando los primeros niños que ya habían sido vacunados en la infancia (en 2002 se inició la vacunación en el primer año de vida) llegaron a la edad de la preadolescencia, por lo que no era necesario que recibieran de nuevo la vacuna.
Artículo de referencia
Eva Borràs, Luis Urbiztondo, Glòria Carmona, Mireia Jané, Irene Barrabeig, M.ª Rosa Sala, J. P. Jorgina Balañà, Maria Company, Ignasi Parrón, Pere Godoy, Cristina Rius, Núria Soldevila, Carmen Cabezas, Àngela Domínguez, the Working Group for the Study of Hepatitis B in Catalonia. Effectiveness and impact of the hepatitis B vaccination program in preadolescents in Catalonia 21 years after its introduction. Vaccine, febrero de 2019. DOI: https://doi.org/10.1016/j.vaccine.2019.01.024