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Vivir a nuestra manera (mediterránea) se asocia con una menor frecuencia de síndrome metabólico y menor mortalidad

Imagen de Alfonso Cerezo en Pixabay
CIBER/UAM | miércoles, 13 de enero de 2021
  • Son ya bien conocidos los beneficios sobre la salud de la dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de productos no procesados, en especial frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva, pescado y frutos secos, mayor consumo de carne blanca que roja o procesada, y un consumo moderado de lácteos. Pero ¿tienen algún beneficio adicional otros elementos clásicos de la cultura mediterránea? ¿Es la dieta o el conjunto del estilo de vida mediterráneo lo que proporciona beneficios? Es decir, ¿qué hay de la siesta, de la actividad física, el sueño nocturno, de nuestras relaciones sociales o del comer en familia?

Investigadores del CIBERESP en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del IMDEA de Alimentación, en colaboración con investigadores de la Universidad de Navarra y el CIBEROBN, han estudiado los efectos conjuntos y sinérgicos sobre la salud de los diferentes componentes del estilo de vida mediterráneo, valorados con el instrumento MEDLIFE (o índice de estilo de vida mediterráneo), que incluye los comportamientos que mejor caracterizan un estilo de vida mediterráneo tradicional. El MEDLIFE incluye 28 ítems divididos en tres bloques (1: Consumo de alimentos; 2: Hábitos alimentarios; y 3: Actividad física, sueño y relaciones sociales).

Para ello han usado datos de 11,090 participantes del estudio ENRICA, una cohorte de personas representativa de la población española de 18 y más años de edad que se ha seguido desde 2008-2010 hasta finales de 2017.

El equipo observó que una mayor adherencia a un estilo de vida mediterráneo se asoció con una menor prevalencia de síndrome metabólico y varios factores biológicos de riesgo de cardiovascular, así como una menor mortalidad cardiovascular y general, tras un seguimiento medio de casi 9 años. La principal autora del estudio, la Dra. Mercedes Sotos-Prieto, comenta que “De hecho, encontramos que una mayor adherencia al índice MEDLIFE se asoció con una reducción del 45% de la mortalidad por todas las causas y del 69% en la mortalidad cardiovascular. El bloque que incluye una actividad física suficiente, la siesta, una duración adecuada del sueño, y relaciones sociales frecuentes fue el único que de forma aislada se asoció con mejores resultados de salud. Por ello, Mercedes Sotos-Prieto enfatiza sobre “la importancia de los hábitos culturales más allá de los hábitos alimentarios como determinantes de la salud”. Además, “el hecho de que nuestro estudio valore un estilo global de vida mediterráneo es una clara contribución a la literatura que muestra el efecto sinérgico de todo el estilo de vida en lugar de sus componentes individuales por separado”.

El estudio ha sido publicado en la revista Cardiovascular Diabetology, y a pesar de las limitaciones inherentes a los estudios de cohorte, y la naturaleza auto-reportada de los estilos de vida a través de cuestionarios validados, “el consejo integral promoviendo un estilo de vida mediterráneo se podría traducir en mejores resultados de salud.” Nuevos estudios deben valorar si nuestro estilo global de vida también es beneficioso para la salud en otros países de la cuenca mediterránea y fuera de ella.

Referencia bibliográfica:

Sotos-Prieto M, Ortolá R, Ruiz-Canela M, Garcia-Esquinas E, Martínez-Gómez D, Lopez-Garcia E, Martínez-González MÁ, Rodriguez-Artalejo F. 2021. Association between the Mediterranean lifestyle, metabolic syndrome and mortality: a whole-country cohort in Spain. Cardiovascular Diabetology 20(1):5. doi: 10.1186/s12933-020-01195-1. PMID: 33402187.